Rutas de
Senderismo

El recorrido que vamos a realizar comienza y termina en el casco urbano, llevándonos por distintas parcelas agrícolas en las que prima el cultivo del olivo y del almendro. En todo momento, además, estaremos acompañados, desde la distancia, por el conocido Santuario de Monteagud, punto de encuentro de todas y cada una de las civilizaciones que han pasado por este valle.

El sendero, además, nos permitirá disfrutar de la arquitectura tradicional de esta sierra, concretamente de las conocidas como viviendas tejadas. Y es que, a diferencia de otras zonas de Filabres, en esta zona oriental, se ha utilizado desde antaño la teja para cubrir las casas y cortijos. También nos encontraremos en nuestro recorrido antiguas eras y algún refugio de piedra, ambas construcciones ligadas al pasado agrícola y ganadero de la comarca.

Independientemente de que tomemos una u otra acepción, vamos a contemplar un llamativo espacio remontando una corriente fluvial cargada de historia y leyenda. Su ubicación entre sierras hace creer, según la tradición, que el nombre de Laroya provenga del término árabe cazuela u hoya.

Al realizar este recorrido nos vamos a adentrar en el corazón de la Sierra de los Filabres, partiendo desde el pueblo de Laroya, a 850 metros de altitud, ascenderemos hasta pasar junto a la cortijada de El Reúl Alto, a 1.100 metros. Y desde allí seguiremos subiendo hasta llegar a la Piedra de Juan Felipe, a 1.500 metros. Sitio ideal para pararnos a contemplar el paisaje que nos rodea: la Tetica de Bacares, la Sierra de la Sagra, Sierra María-los Vélez y todo el valle del Almanzora, antes de iniciar el camino de regreso.

El recorrido nos conduce a través de las calles del pueblo, permitiéndonos conocer su entramado urbano, la Iglesia de San Juan Evangelista y el magnífico Lavadero, muy bien conservado. Tras abandonar Melegís, se desciende hacia el río Torrente, donde coincide durante unos cientos de metros con el GR-7. Avanzamos entre huertas y campos de naranjos hasta alcanzar el río Dúrcal, disfrutando de las vistas sobre el castillo de Murchas.

Así, llegaremos a la población de Restábal, a la altura de los restos del antiguo mercado. Tras pasear por sus calles, descendemos y cruzamos el río Ízbor, siguiendo su cauce hacia la cola del pantano de Béznar, Desde el mirador del pantano regresaremos en dirección a Restábal y saldremos a la carretera, tras doscientos metros llegaremos al final de nuestro paseo.

El sendero discurre paralelo al Río Grande de los Bérchules, al principio entre huertos abancalados de frutales, hortalizas, algunos nogales y castaños. En la Junta de los Ríos Grande y Chico o El Horcajo podremos contemplar unas ruinas de origen árabe, conocidas como Fábrica de los Moros, bajo los impresionantes Tajos del Reyecillo.

Un poco más arriba se cruza el río, y el sendero asciende en el lado opuesto por un sombrío bosque que nos ofrece espectaculares vistas sobre los Tajos del Reyecillo y sus puntales rocosos. Después se desciende, pasando por varios cortijos hasta llegar al GR-7, sendero de gran recorrido que une Atenas con Gibraltar, llegando de nuevo a Bérchules.

Por todo ello no es de extrañar que a finales de 2015, la prestigiosa revista National Geographic, lo eligiera como uno de los diez pueblos con las mejores vistas del mundo.

En este municipio realizaremos el sendero PR-A 246 Arroyo de los Molinos. El itinerario comienza en el paraje denominado La Enrea, lugar donde se encontraba un antiguo molino, y discurre entre olivares, pinares y monte bajo coronados por altos tajos de roca erosionada por los efectos del viento y el agua. Se introduce por parajes de insólita belleza paisajística, entre encajonamientos, molinos de harina, cascadas y pozas de agua, y entre encinares y blancos cortijos señoriales. Además, permite el acercamiento a la Peña de los Gitanos, lugar de gran valor histórico y arqueológico.

Su privilegiada situación, en el fértil valle del río Velillos, ha propiciado el desarrollo de asentamientos desde el Paleolítico, por ello su paisaje se encuentra jalonado por numerosos vestigios arquitectónicos, como es el caso de la fortaleza nazarí, el santuario del Cristo del Paño o la Necrópolis Mozárabe.

Por todo esto, hemos elegido, entre sus numerosos senderos el denominado PR-A 84 Ruta del Gollizno. Se trata de una ruta circular por la historia de la población, desde sus cuevas, con pinturas rupestres, hasta su castillo y murallas. La ruta desciende hasta el núcleo de Olivares y discurre sobre pasarelas y puentes de madera por los Tajos de la Hoz, la abrupta garganta creada por el río Velillos.

La Punta de los Muertos siempre ha sido un lugar de vigilancia. Antiguamente, una torre construida en piedra tenía como misión el control de las invasiones marítimas. Hoy, esa atalaya se encuentra muy próxima al faro de la Mesa de Roldán. Situado sobre un promontorio volcánico a 220 metros sobre el mar, el faro domina el horizonte desde una cima plana en forma de meseta, de ahí su nombre.

Bajando de Mesa Roldán tomaremos un sendero a nuestra izquierda que nos llevará a cruzar la carretera, primero, y al Barranco del Hondo, después. Por un sendero interior recorreremos campos de cultivo por sendas y carriles de tierra que nos llevarán hasta la Playa del Corral, fin del recorrido.

Atravesaremos el Jardín Botánico hasta alcanzar un bonito sendero empedrado, que nos subirá, entre encinas y pinos, en zig-zag, hasta el Collado del Portalchico, a 1882 metros de altitud. Una vez en este punto el paisaje cambia, nos encontramos en un inmenso lapiaz, muestra del paisaje calizo que nos rodea.

Tras descansar y disfrutar del entorno, una vereda nos llevará a coronar los 2.066 m. del Alto de la Burrica, cumbre más alta del Parque Natural, desde ese punto observaremos: al sur los valles de Chirivel, y si el tiempo es claro, el mar Mediterráneo, y al norte, impresionante, la Sierra de la Sagra y los cordeles amplios de las sierras de Segura y Calar del Mundo. La vuelta la realizaremos por el mismo camino.

Después de un corto ascenso, llegaremos a una zona de castaños justo antes de pasar por encima de una gran cantera de esquistos, popularmente llamados “pizarra”, típico material de construcción en toda la comarca de la Alpujarra.

Seguiremos ascendiendo, pasando por cortijos con distintos tipos de cultivos hasta bajar por una senda que nos llevará al Río Laroles. Lo cruzaremos y muy poco después encontraremos el majestuoso Castaño Milenario, que da nombre al sendero.

Después continuaremos por la Acequia Real hasta llegar a una pista forestal, por la que seguiremos caminando. Un poco más adelante encontraremos un cruce a la izquierda, el GR-7, el cúal seguiremos para bajar por el camino del Andurón, que nos llevará de regreso a Laroles.

Maravillosos paisajes que dan muestra de los distintos tipos de aprovechamiento de los recursos naturales, que hicieron las sucesivas poblaciones asentadas en estos lugares a lo largo de miles de años, son sin duda un fuerte reclamo.

La senda comienza cerca de La Isleta del Moro y sube por el Barranco del Negro. Después de pasar por los restos del Cortijo de la Rellana, alcanzaremos el Cerro Peñones, máxima cota del recorrido con más de 400 m. de altitud. Bajaremos por el Barranco de Requena, que da nombre al sendero, y llegaremos a las ruinas del Cortijo del Fraile. Por un tramo de la senda de “Montano” rodearemos el Cerro del Cinto por el norte y llegaremos al antiguo pueblo minero de Rodalquilar, fin del recorrido.