Rutas de
Senderismo

El Desierto de Tabernas es una cuenca de sedimentación marina, colmatada por materiales blandos, que ha recibido de forma constante la acción erosiva del viento y de las aguas torrenciales, modelando el paisaje de badlands más impresionante de Europa, un paisaje repleto de barrancos, taludes y cárcavas.

Estamos por lo tanto en un “desierto”, con un clima caracterizado por temperaturas medias elevadas y altos niveles de salinidad, circunstancias que confluyen para acentuar, si cabe aún más, el carácter árido de esta zona.

El sendero de la Cruz de Víznar nos permite disfrutar de vistas al paisaje agreste de estas sierras, repobladas fundamentalmente de pinos, en las que hoy se recupera la vegetación natural, el monte mediterráneo con encinas, quejigos y su matorral característico. Cada municipio corona su pico más alto con una cruz, para señalizar las cumbres de sus pueblos. Así, desde el cerro de Víznar podemos ver las cruces de Alfacar, Huétor Santillán y, a lo lejos, la de Beas de Granada.

El último de los senderos nos llevará hasta la Cueva del Agua desde la que, a pesar de estar cerrada por motivos de conservación, podremos comprobar el tesón del agua modelando estos paisajes y horadando abrigos y cuevas como ésta, utilizadas como refugio.

El sendero avanza por el antiguo camino que unía las localidades de Mojácar y Carboneras, muy frecuentado sobre todo durante el siglo XIX, motivado por las idas y venidas de los mineros, transportistas y arrieros durante los años que duraron las explotaciones mineras de hierro de La Mena de Macenas.

Durante la jornada conoceremos lugares tan singulares como la Piedra del Nazareno, un peñasco de forma singular, por encima del cual se pueden observar restos de la actividad minera, el Castillo de Macenas y la torre vigía del Pirulico, ambos construidos para vigilar la costa de posibles ataques piratas.

Desde el Puerto iniciaremos la conquista de la cumbre más alta de la provincia de Almería, por un frondoso pinar, primero, y por un carril rodeado de piornos, después. Tras unas dos horas de ascenso llegaremos a la cumbre del Chullo, desde allí podremos disfrutar del inmenso paisaje que nos rodea: al sur, el mar Mediterráneo, La Alpujarra y la Sierra de Gádor; al este, las estribaciones de la Sierra Nevada más oriental; al norte, la comarca del Marquesado; y al oeste, las grandes cumbres de Sierra Nevada destacando, al fondo, el Mulhacén y la Alcazaba.

Retomadas las fuerzas iniciaremos el descenso caminando por la cuerda de la montaña hasta llegar a la Laguna Seca. El regreso al Puerto de la Ragua lo haremos por una bonita vereda entre piornos en flor atravesando varios barrancos como el de Dólar que vierte sus aguas al río Izfalada.

En esta ocasión, recorreremos un tramo de la Etapa 10 “Refugio C.F. La Zarza-La Iruela”. Nos incorporamos al trazado en el entorno del Puerto de Las Palomas, lugar en el que la ruta recorre una amplia zona que en 2001 fue azotada por un incendio. A pesar de ello, la riqueza botánica y faunística que encontraremos es excepcional. Bosques de pinos laricios y negrales, encinares, quejigales, sabinas, enebros, cornicabras, majuelos, arces y un sotobosque con mucho boj, proporcionan las condiciones ideales para albergar a grandes herbívoros, rapaces, carroñeros y gran cantidad de aves insectívoras.

Tras realizar un precioso tramo del SL-A 266 “Río Cerezuelo” llegaremos a una pista forestal que pasará junto a la cascada de la Malena, solo visible en época de lluvias, y nos llevará hasta el área recreativa de Riogazas. Continuaremos ascendiendo hasta el Collado de Cagahierro, el Puerto Gilillo y por fin la cumbre del mismo nombre.

Nos desviaremos de nuestro sendero para una visita obligada a la Cala de Enmedio para disfrutar de su acantilado de paredes blancas compuesto de ceniza volcánica. Ya solo nos quedará subir hasta la cresta de una pequeña loma que nos llevará hasta la pequeña localidad de Aguamarga, fin de nuestro recorrido.

Este recorrido pone en valor un viejo camino de herradura con escarihuelas que discurre paralelo al río del Barrancón, y que comunicaba el pueblo con los cortijos y aldeas, ahora despoblados río arriba, entre ellas el Barrancón y Los Carreños. Por estas sendas se comunicaban las cortijadas de la zona. La vuelta se hace por caminos carreteros y pistas forestales, con vistas, en el último tramo, del Layón, Bacares y el valle del Almanzora al fondo.

Se alternan a lo largo del camino zonas de cultivo, de almendros y olivos, con áreas forestales entre las que destacan bosques de galería y castaños centenarios. Junto a todo ello, el recorrido está salpicado de un importante patrimonio cultural y etnográfico, con los viejos molinos y acequias de Izfalada como principal atractivo.

El sendero finaliza en el Área Recreativa de los Castaños que, como su nombre indica, está poblada de numerosos árboles centenarios, todos ellos con un porte imponente y un grosor de tronco soberbio, que hacen del castañar de Huéneja una arboleda realmente singular.

Una vez finalizada la subida la belleza del paraje bien merece el esfuerzo realizado. Tras disfrutar del entorno, desde el Cortijo Jalí, comenzaremos el descenso hacia la Rambla de Mofar que nos llevará de nuevo al inicio. Durante todo el recorrido podremos disfrutar de la típica vegetación almeriense: palmito, albaida, esparto y multitud de plantas aromáticas como el tomillo morado o la lavanda rizada. Como curiosidad decir que en esta zona se rodaron algunas escenas de la película “Indiana Jones y la Última Cruzada”.